martes, 7 de junio de 2011

"LA CARA DEL QUE SABE"

LAS OPOSICIONES DE DIBUJO EN ZAMORA Y “LA CARA DEL QUE SABE”
Si existe un poema  capaz de describir la torpeza y la  insensatez humana, éste es  “La Cara del que sabe” de Agustín García Calvo, musicalizado y cantado por Amancio Prada hace unos años;  y si existen unas palabras para definir al Tribunal nº 3, en las últimas oposiciones de dibujo, celebradas en el IES Claudio Moyano de esta ciudad, esas  son las de este  extraordinario poema del gran autor zamorano. Soy un opositor que, como casi todos y como es obvio,  nos jugamos buena parte del  futuro y de la salud. Todo ello para poner fin a los largos recorridos por carretera haciendo sustituciones y a los siempre desmesurados gastos que ello conlleva.  
  ¿Se imaginan que en el aula para hacer el examen, se encuentren con una escena surrealista, inexplicable, con un disparate “pedagógico” que te deja perplejo  y al que no puedes dar crédito? ¡Observas al Tribunal situado  en la tarima obstaculizando cualquier intento de acceso a la misma! La pizarra es el medio natural del profesor y su soporte más imprescindible para expresarse y transmitir los contenidos. Su uso  es un derecho reconocido en la Convocatoria: “EL OPOSITOR PARA SU EXPOSICIÓN PODRÁ UTILIZAR EL MATERIAL QUE CONSIDERE OPORTUNO”. Lo que sucedió parecería cine o dilema psicológico, si no hubiera sido incidente necesario para ejercer el derecho a utilizar el encerado. (Quiero resaltar que los Tribunales nº1 y nº2 han sido correctos en este sentido).
 Al solicitar  al Sr. Presidente del Tribunal la cesión de  dicho espacio, me espetó despectivamente: ¡Escríbelo en un papel! Entonces  te preguntas, ¿cómo es posible que trabajen en la enseñanza personas que se revisten de autoridad de manera tan desconsiderada, que cometan una barbaridad semejante y además, queden impunes? Después de insistir, al fin pude utilizar la pizarra, por supuesto observando gestos y detalles que atentan contra el respeto y la inestabilidad emocional que dicha situación provoca en un examen oral. Un tribunal debe ser  solemne, educado,  ajeno al capricho barato y que se haya tomado la molestia de leer adecuadamente la convocatoria.
Y finalmente, el Sr. Presidente del Tribunal encontró, para su efusión cruel, a “La pizarra” y “Escríbelo en un papel”, y entrecruzando ambas frases obtuvo la metáfora del exceso, un 4,6 que  no me habilita para ser profesor “titular”, tras más de doce años de docencia, cinco de los últimos en IES de Madrid y en otros muchos centros de Castilla y León. Entretanto si queda habilitado este profesorado proclive al disparate, y a poner  con arrogancia “LA CARA DEL QUE SABE”.
                                                        
Carlos Emilio González Rimada
Diario de Zamora  9 de septiembre de 2008                               

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